Cajón Desastre

jazz

Tuve un paraíso durante la primavera. Alguien construyó para mi aquel lugar real, distante, cercano y mítico durante la cuarentena de medio occidente. El 27 de marzo empezó un proceso de cables soldados, tubos, vasitos de vino, sonrisas esquinadas, alfombras azules y brillo en los labios.

Era raro tener un paraíso en medio de un presunto infierno. Estar tan bien. Poder estar tan bien. Tener esa fortuna.

El otro día Chano Dominguez estrenó Limbo en la Trini.

Él lo llamó limbo. Yo lo llamé paraíso. Era aproximadamente lo mismo. Limbo está compuesta en medio de la pandemia. Es una melodía cálida, luminosa, tranquila y apasionada a la vez. Serena con la serenidad de la euforia que no sentimos peligrar.

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