Machismo Laboral. La película.

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Hoy mi hermana, matemática y rodeada de compañeros con unos niveles de misoginia superiores a la media, ha recibido esta bonita viñeta para darle ánimos al empezar otra agotadora semana de esforzarse el doble para demostrar la evidencia.

Ojalá mi hermana fuese un caso aislado.

Ya hablé hace unos cuantos años en el Ladies that UX del síndrome de la impostora. De esa inseguridad que tenemos las mujeres sobre nuestras capacidades y cómo estamos en cambio rodeadas de hombres que no saben hacer ni la o con un canuto dándonos lecciones totalmente seguros y empoderados. Será biología. O igual es otra cosa. No sé. Algunas slides de mi PPT de entonces:

Era biología y luego fue otra cosa también aquel rollo que contaban en el franquismo para prohibir a las mujeres ir a la universidad. Por lo visto “la mujer” como ente no tiene el cerebro preparado para el sobreesfuerzo porque concentra su sangre en el útero dado que su función vital es procrear. Eso hace que enferme si estudia y encima acabe siendo estéril. Todo son ventajas.

Esta burrada se disfrazaba de ciencia y era la justificación “racional” y “bienintencionada” para literalmente prohibirnos pensar. También se nos prohibía soñar, desear, corrernos, trabajar estando casadas, abrir una cuenta bancaria a nuestro antojo etc.

De eso no hace tanto. Venimos de ahí.

Ahora es más sutil pero da igual. Nos interrumpen en las reuniones, nos sacan de los proyectos molones porque “somos un rollo”, nos dan los trabajos desagradecidos de hormiguita porque “somos más organizadas”, mientras ellos se quedan con los que brillan “porque son más creativos”, nos afean los errores en público a ver si así queda claro que somos peores mientras echan un capote “al compañero” convirtiendo el error en una broma de la que nos tenemos que reír todo el mundo. Nos dicen que “somos más listas” pero nos toman por idiotas. Que “somos más trabajadoras” obviando que tenemos que trabajar millones de veces más para ser consideradas. Y que estamos agotadas. La gente agotada piensa peor, reacciona peor, está más irritable, más lenta, brilla menos.

Que en nuestras carreras profesionales nadie nos ha dado todavía una palmadita en la espalda y nos ha dicho “macho, vales un montón, venga, sal ahí y haz lo que puedas”.

El error de una mujer invalida automáticamente a media humanidad. Así. A lo bruto. Cómo nos van a dejar dirigir si luego pones a una tía y va y es Isabel Díaz Ayuso. Flaco favor hace a las mujeres siendo un hombre con maquillaje, falda y taconazo.

Todos los dirigentes señores inútiles que han existido en la historia no han puesto en duda la capacidad masculina para absolutamente nada. Porque está muy feo generalizar. O algo así era.

No hay mujeres en Ciencia y Tecnología porque el sistema las incomoda y las empuja fuera. Llevamos años leyendo noticias sobre estas “sutiles” técnicas mientras los dirigentes de las compañías punteras se indignan con lo inadmisible, se hacen una foto junto a un cartel para “Potenciar a las mujeres” y luego miran para otro lado cuando el acoso laboral.

Benditos sean los estudios de género que nos han permitido entender que tu síndrome de la impostora y el mío y el de ella y el de casi todas no son casualidades, movidas nuestras o rasgos de carácter. Benditos los estudios de género que nos han permitido entender que nos pasa a todas. No porque eso nos consuele. En realidad es al revés, nos desconsuela. Pero nos ayuda a buscar estrategias para superarlo.

Algunas estrategias:

  1. Hablarlo abiertamente, públicamente, insistentemente. Somos pesadísimas incluso calladitas así que no tenemos demasiado que perder dando la turra.

  2. Detectarlo en otras y hacérselo saber: No eres tú es el sistema.

  3. Ayudar a las mujeres con las que trabajas a sentirse más seguras. Puedes, por ejemplo, elogiar sus aciertos en el trabajo, sus ideas brillantes, sus soluciones, su loquesea y hacerlo de forma concreta “jo, me ha encantado eso que has propuesto porque así nos hemos ahorrado dos días de trabajo de mierda”. Puedes también quitar importancia a los errores que no tienen importancia en vez de permitir que crezcan “-madre mía, que envié el mail que no era a quien no era y encima en la firma ponía Un salido – Buah, eso le pasa a todo el mundo. Luego envías otro pidiendo perdón y listo”

  4. Si haces selección de personal ten en cuenta el síndrome del superhéroe y el síndrome de la impostora al valorar las candidaturas.

  5. Si trabajas en un sector o entorno donde hay pocas mujeres candidatas en los procesos de selección asume que se debe a que saben que no las van a elegir. Igual puedes dar un punto extra a las que lo intentan por la valentía, otro por la ilusión y un tercero por las ganas

  6. Si ves a un hombre teniendo comportamientos machistas en tu entorno laboral HAZ ALGO para evitarlos. Por ejemplo: si un compañero interrumpe sistemáticamente a las mujeres cuando hablan puedes decir “perdona, estaba Marialuisa diciendo algo que parecía interesante”

  7. Si estás en un entorno laboral donde casi todo son tíos no hagas a las mujeres integrarse en plan cuartel. Si para admitir a una tía en el desayuno tiene que hablar de las tetas de la camarera o reír vuestros chistes sobre puticlubs, lo pesada que es la parienta etc  ERES PARTE DEL PROBLEMA. Si no lo sabías ya lo sabes. Y ahora que lo sabes qué vas a hacer al respecto? Si lo sabías y aun así te da igual eres un ser despreciable. Y también lo sabes.

  8. NO INTERRUMPAS a las mujeres con las que trabajas cuando se atreven a hablar. NO TE APROPIES del trabajo de las mujeres con las que trabajas

  9. Comparte tus estrategias con otras (por ejemplo puedes contármelas para que las añada aquí reconociendo, obviamente, la autoría


BOLA EXTRA. Hace unos años César Astudillo me preguntó cómo acercar a las niñas a STEM para un artículo que estaba escribiendo. Esta fue mi respuesta:

¿Cómo acercamos a los chicos a las disciplinas STEM? Es graciosa la pregunta porque partimos de la base de que los chicos están “naturalmente” cerca y las chicas “naturalmente” lejos cuando sabemos de sobra que esa cercanía y esa distancia son construidas. Que son años y años de vida recibiendo mensajes sobre la voz, el espacio que ocupas o tus capacidades. Que son entornos llenos de hombres haciendo “bromas”. Como cambiar el sistema entero nos va a llevar unos siglos más intentemos hacer cosas concretas para crear espacios cómodos y seguros donde las niñas y las mujeres tengan derecho a experimentar, equivocarse, liarla. Marie Curie, que tenía una madre directora de un colegio, se pasó buena parte de su adolescencia debatíendose entre las ciencias y las letras (luego tuvo hijas científicas y también una hija escritora) y lo que acabó inclinando la balanza hacia la ciencia fue tener a su disposición un “laboratorio” donde podía experimentar sola y ver el resultado de sus experimentos. Igual si las niñas tuviesen desde pequeñas esa posibilidad recuperaríamos a unas cuantas Marie Curie que han acabado siendo brillantes filólogas, sociólogas y etc. Y parece que algo parecido piensan en este proyecto de NY que me dá tantísima envidia. https://youtube.com/watch?v=ycVDrbKmJaQ…Somos muchas las mujeres que, como Curie, no podíamos decidirnos entre “ciencias” y “letras” y pensamos como ella que es una falsa dicotomía y estamos seguras de que hay muchas niñas en las escuelas con la misma sensación hoy en día. Ojalá tengan la posibilidad de experimentar y sentirse cuidadas en su proceso de encontrar qué quieren hacer en su vida y cómo.