Qué espera esta feminancy de los hombres aliados del feminismo

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  1. Que no se crean con derecho a decidir qué es feminista y qué no lo es. No cuesta nada decir “a mi esto no me ha parecido feminista por este motivo y como me genera dudas voy a escuchar a mujeres feminista a ver si su visión me ayuda a comprender esa lucha justa y SUYA que pretendo apoyar”

  2. Que no se crean el centro de todo, todo el rato. Mis dudas, mi experiencia, yo no violo, ponedme a mi una medalla que mirad qué majo soy. Como locadelcoño prefiero poner yo las medallas feminazis a quien quiera, cuando quiera, por lo que quiera.  

  3. Que partan de la base de que son machistas. Todos lo somos. El patriarcado en vena durante generaciones y generaciones deja secuelas irreversibles. Como feminista una de las cosas que más me ocupo por tener presente es que en una reacción visceral tenderé al machismo. Por más que lleve años intentando cambiar eso. Hay muchas cosas que he racionalizado a base de mucho esfuerzo hasta llegar a casi automatizar. Pero hay muchas más que tengo que pensar con mucho cuidado cada vez. Si eso nos pasa a las mujeres feministas, que somos conscientes de que sufrimos lo peor del machismo y no tenemos ninguna de sus ventajillas imaginaos a los que sacan algo del asunto

  4. Que entiendan que el esfuerzo que les cuesta decirle a una mujer “tienes razón, me he equivocado, no volverá a pasar más” no es casual. Nos reímos del rey emérito pero al menos fue capaz de pronunciar las palabritas de marras.

  5. Que hagan el esfuerzo ahora que entienden de donde viene. Es decir, que intenten decirles a las mujeres con las que conviven “tienes razón, esto que he dicho o hecho es machista y no me había dado cuenta”.

  6. Que escuchen a las mujeres. Que no las interrumpan. Que no las desacrediten de base. Una cosa que les pasa a todos los hombres que se inician en el feminismo es que consideran ofensivo que las mujeres los manden callar y escuchar. Las feministas mandamos callar y escuchar a los hombres que dicen ser feministas precisamente para demostrar hasta qué punto ni han empezado a entender nada. La idea de dar un paso atrás, de ser retaguardia, de no marcar el paso, de no decidir, de no tener la última palabra frente a una mujer, molesta a todos los hombres del mundo a no ser que hayan hecho un esfuerzo consciente para racionalizar el origen de esa molestia y resolverlo.

  7. Que lean libros y comics escritos por mujeres, vean pelis dirigidas por mujeres. Que hagan algo pequeño, consciente y apostaría que placentero por descubrir que las mujeres tiene (tenemos) voces propias, diversas, variadas y ricas. Que tienen cosas que decir. Cosas distintas que decir.

  8. Que no digan “qué más quieres que haga” cada vez que hagan una mínima cosa. Que no recurran a compararse con otros hombres más gañanes, con otras culturas que desde lejos nos parecen más crueles con las mujeres. Que no se excusen en que otros son peores.

  9. Que entiendan que mujer es cualquiera que diga serlo y hombre igual. Independientemente de su aspecto físico, su forma de comportarse, o de vivir, lo que diga su DNI o su partida de nacimiento. Y que se planteen por qué cuesta tanto aceptar que otros se autodefinan en algo que no afecta a los demás para aboslutamente nada.

  10. Que no utilicen el feminismo para ligar, vender lo que sea que hagan, quedar bien y etc si no son capaces de mojarse en su día a día. De decirle a su colega “no hables así de tu novia”, “ese chiste es machista”, “eres un maltratador” o cualquier otra de todas las cosas que la mayor parte de los hombres se callan la mayor parte de las veces porque buff qué pereza. Manteniendo así indirectamente un sistema injusto y moralmente despreciable

BOLA EXTRA: Que entiendan que esa agresividad que sienten cuando oyen  patriarcado, privilegio y etc es machismo incrustado. Nadie te insulta ni te hace de menos cuando dice que como hombre tienes privilegios. Los tienes. Tan interiorizados que has pasado a confundirlos con derechos.

Ejemplo sangrante: ese muchacho que le decía a Jessica el otro día que a los hombres los encarcelan por violar pero a las mujeres no las encarcelan por negarles sexo a sus maridos. Lo decía en serio. Creía razonable que el matrimonio dé a un hombre el derecho a disponer a su antojo del cuerpo de otra persona. Estupefacto ante la falta de comprensión y entendimiento, la cortez de miras de todas esas mujeres que se llevaban las manos a la cabeza intentando explicarle que eso es machista y que revertir eso no es “preponderancia de la mujer” es que nosotras tengamos la misma autonomía para decir qué hacer con nuestro cuerpo y cuándo que cualquier hombre.