Los #LibrosParaVerano que me cambiaron la vida
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Bueno. Llevamos una década jugando a este juego. Celebremos haciendo lo de siempre. Listas de libros. Dos listas, en concreto. Una con los libros que trajisteis desde tuister a mi vida y otra con los que saltaron a mis manos mientras buscaba los vuestros y también me cambiaron la vida. Quiero precisar que no incluyo libros importantísimos en mi vida que trajistéis a la lista después de que los hubiese leído por mi cuenta (por ejemplo casi todos los de Attwood o de Martín Gaite) ni tampoco libros que me gustaron muchísimo pero no tuvieron ese punto extra.
Como casi todos los criterios para elegir tiene algo de arbitrario. Pero... Allá vamos.
Los más importantes de La lista de tuister desde 2011 a 2020
La casa del Padre (Gracias Seguer) -2020 Sostengo que no hay ninguna persona en el mundo a la que no le vaya a hacer bien leer este libro. Incluso quienes se resisten a cambiar nada, a entender nada, a que las cosas filtren hasta la raíz resulta que se van a ver sutilmente influidos por un libro tan fácil de leer como importante.
Golpéate el corazón (Gracias Beatriz Hoya) – 2019 Nothomb me gusta mucho como narrador. Lo dije insistentemente y he leído muchos libros suyos. No todos. Muchos. Mi tocaya puso este en la lista el verano de 2019. Y madre mía que llorera. Fue mi previo al documental de Rocío salvando todas las distancias. Hay cosas de las familias que no se hablan nunca. Que no se resuelven casi nunca. Que parece que no pasan. Algunas personas creemos que lo que no se soluciona se pudre. Nothomb es de esas. Y escribió un libro precioso, pequeño y gigante. Cuidadoso. Fuerte pero no vengativo para hablar de esas cosas de las que la “literatura masculina” nunca habla. De esa forma en que sólo puede escribir alguien cuando no está intentando pasar a la historia. De esa forma en la que se termina pasando a las historias de la gente. Que son las que importan, al fin y al cabo.
Apegos feroces de Gornik (gracias Mir) – 2017 Un enfoque mucho más cosmopolita para más de lo mismo. Los apegos. Lo feroz. Lo familiar. Lo heredado. Parece que lo he hecho a posta porque los tres primeros libros de esta lista tratan de cómo tu familia biológica determina cosas de tu vida en las que igual no te paras a pesar suficientemente. Cosas que igual hay que cambiar. Y no pasa nada. Gornik es una narradora divertidísima e inteligente que ayuda a que ciertos tragos pasen ligeros por la garganta en medio de la risa. Y NY es un decorado siempre maravilloso
Dulceagrio de Danler (gracias Chiclett4u) – 2017 En NY también se ambienta esta historia hedonista, sabrosa, triste y luminosa que hace honor a su nombre. Y como si lo hubiese hecho a posta sigue un poco el hilo. Qué pasa cuando rompes ciertos lazos y aprendes otros sabores, otras costumbres, otras formas de vivir y descubres cosas de ti que no sabía. Algunas te gustan. Otras no. Y descubres también que se puede cambiar, también de idea. Que se debe cambiar, hasta de idea. Que lo importante es hacer lo que crees que debes hacer. Y chuparte los dedos en el proceso siempre que sea posible.
Tea rooms (gracias Inopia) – 2016 Fue la entrada a Carnés a la que he leído entera desde entonces. Cada cosa suya que leo me marca y me impresiona a partes iguales. Qué inteligencia y qué determinación la de esta mujer. Qué forma de encontrar el camino para todo contra viento y marea. Es prácticamente un milagro que Carnés no fuese analfabeta viniendo de donde viene. Es prácticamente un milagro que no se hayan cargado su obra. Pero resulta que no tiene nada de miagroso. Que es solo su fuerza bruta. Su convicción de tener algo que decirle al mundo. La voz de Carnés ha llegado hasta nosotras. Espero que la próxima generación la dé por sentada como la nuestra da por sentada a Woolf que en los 80 estaba fuera completamente de la historia de la literatura canónica. Espero que aprendamos a cuidar de verdad la genealogía. Les va a hacer falta a quienes vienen detrás.
El despertar de Chopin (gracias Lilith Piraten) – 2015 Más sobre genealogía y mujeres convencidas de que su voz importa. Estoy justo ahora leyendo los cuentos completos de Chopin a sorbos pequeños. No estaría en esto si no fuese por los libros para verano. Por Lilith. Recuerdo perfectamente la luz de atardecer de finales de junio, Pinar de las Rozas. Dejar pasar los cercanías. Llegar tarde porque no podía salir de aquella historia corta, impresionante. Porque estaba dialogando directamente con Kate a través del tiempo y del espacio. Porque la notaba a mi lado mientras leía sus palabras un siglo y medio después. Qué joya maravillosa.
El vino del estío (gracias Amelia) – 2015 Mira. Me ha salido una lista mixta sin pretenderlo. Luego decís que no meto a señores. Aquí está Bradbury. Gente que no ha leído a Bradbury nos da la turrísima con Fahrenheit que además de ser un libro fantástico es una peli de Trufó (sí, Truffaut) de finales de los 60, y también una de otro señor el otro día (dice Wikipedia que 2018) y también el nombre de la colonia que usaban la mitad de los bailarines profesionales de salsa en los dosmiles (la otra mitad usaban Le Male, y no sabemos todavía cuál de las dos era peor, pero en fin). Total. Que no se han leído el libro pero saben que es famoso, que es ciencia ficción, que va de quemar libros y de “gente que piensa y no se aborrega” y nos dan la turra a quienes somos capaces de leer totalmente aborregadas muchas veces. Leer por puro disfrute. No por hacernos las cultas ni ser más listas ni nada. Leer porque nos gusta. Nada más. Resulta que Bradbury me parece un señor muy hedonista. Un hombre capaz de encontrar la felicidad en cosas pequeñas. Y Dandelion Wine va de eso. Es una preciosidad dulce con esa luz dorada de los veranos de la infancia. Es una preciosidad que nos recuerda que conservar la inocencia es la única forma de sobrevivir sin amargarnos. Y sí. Me gustaba Bradbury antes a pesar de los muchachos. Pero gracias a Amelia todavía me gusta más. Está en mi equipo.
La vida en los ramajes (Gracias Mario) -2015 Sin Mario no podría decir que Olalla es mi poeta español vivo favorito. Así en masculino genérico. Sus versos conectan conmigo absolutamente siempre y hacen mi vida mejor.
Perdida de Flyn (gracias Latiase y SantaSuki) – 2014 Otra de esas veces en las que una mujer escribe un libro feminista, sutil, brillante, inteligentísimo y viene un señor a corregirla. En este caso el señor es Ben Affleck o como se escriba que se permite el lujo de cargarse todo lo que está bien en la novela para hacer una peli ramplonísima digna de las sobremesas de Antena 3. Perdida es una novela que destripa al nice guy y no te creas que los nice guy iban a dejar estar las cosas. Tenían que tapar la verdad. Lo que pasa es que llevo un mes pensando que sin esa bazofia de peli quizá Young Promissing Woman tampoco existiría exactamente igual. Y mira. Me voy consolando. Si podéis leed la novela de Flyn y ved luego la peli de Fennell. Yo creo que me vais a entender perfectamente.
Los más importantes del azar
Todos los de Mary Ann Clark Bremer. Periférica publicó en primer lugar “Una biblioteca de verano” que era un fragmento de sus diarios y la voz de aquella mujer me atrapó para siempre. Era 2014. Siguen fascinándome esas formas de escribir fragmentado y personal y potente de muchísimas mujeres. Sigo sintiéndome cerquísima de ahí. De esas pinceladas. De los detalles que lo cambian todo.
Lejos de Ghana de Selasi también aquel verano de 2014. Recuerdo perfectamente mi sensación al terminar el libro. Toda la voracidad. Lo dentro que estuve de aquella historia los dos días que tardé en leerla. Lo huérfana, lo perdida, lo emocionada que acabé al terminarlo. Es una de esas novelas que cambian tu forma de ver el mundo para siempre. Yo creo que a mejor.
Las obras de Tey – 2017. Si no me hubiese propuesto leer cosas detectivescas escritas por mujeres nunca habría descubierto a Tey. Y mi vida sería peor porque me encanta su forma de contar y lo que cuenta. Y a Hitchcock también. Los personajes de Tey eran diamantes pulidos y los grandes directores lo son también por aprovechar el talento ajeno.
Mr. Fox. Oyeyemi- 2011. Aún ni existía Mujeres&Compañía (tampoco La Central en Madrid, por cierto). Compré el libro en Tipos Infames creo recordar. Lo leí en la playa, como casi todos. Me duró un suspiro y me impresionó la juventud y el talento de su autora. Luego he seguido leyendo a Oyeyemi sabiendo que es buena, pero aquel deslumbramiento es inolvidable
Cómo aprendí a leer – 2020. De entrada que me replantee a Flaubert y que piense que el canon nos ha robado su sentido del humor ya es como para meter el libro en esta lista. Agnes D. me invadió con su inteligencia sencilla y su sentido del humor y me hizo pensar y disfrutar con esa mezcla de ligereza y profundidad que me gusta tanto y que tan comlicado es encontrar. Ella no pretende hacer un sesudo análisis pero sí darte las herramientas para sacar tus propias conclusiones. Que no tienen por qué coincidir con las suyas
Rita Indiana- 2018 - Una vez más un libro te salta a las manos, una portada añil y blanca y rojo Periférica te descubre de pronto la voz más interesante de la literatura en español en la que eres capaz de pensar siempre que te preguntan. Lo de Indiana es escandaloso. Y no me voy a cansar de recomendarla.
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