#LibrosParaVerano 2021. La compra

Aquí van mis elegidos.

Como cada año parece imposible que lea todo esto en 3 meses. Pero como cada año tengo muchísimas ganas de empezar. Las apuestas están ahora mismo en que me voy a leer 15 de los 25. Y como yo soy una mujer de natural optimista creo que igual, con un poco de suerte, podré llegar a los 20. Seguiremos informando:

  1. Anhelo de raíces. May Sarton. Ya lo dije: una mujer contando su proceso de habitar un espacio con todo su cuerpo y toda su alma suena algo que quiero leer YA. Gracias Beatriz Hoya.

  2. Los libros de cuentos. Willa Cather. Mir no se creía ayer que no supiese quién es Cather. Bueno. No lo sé. Resulta que Capote decía de ella que era “tan buena como Flaubert”. Total, me puso el libro en la mano y aquí está.

  3. Gótico. Silvia Moreno García. Otro que Miren me puso en la mano (previa orientación con pistas ante mi lerdez y mi no ver el puñetero libro que tenía delante de las narices). La cubierta (eh, lo he dicho bien) no me incita a leer el libro aunque respeta bastante la edición original (es un libro traducido contra lo que pueda parecer leyendo el nombre de la autora). Dice The Guardian que es una mezcla entre Lovecraft y las Bronte ambientada en Latinoamérica. Estas mierdas de descripciones de libros escritos por mujeres me ponen de los nervios pero en fin. Manisón aislada en México en los 50. Veo ciertas simbologías en la sinopsis. Ya os contaré si es verdad o no.

  4. Persuasión de Austen. He guardado esta bonita edición ilustrada de esta clásica para mi verano. Tiene un mar verde caribe y un cielo púrpura en la cubierta (ejem, estoy desconocida) y verlo en la torre de pendientes estos meses me hacía soñar con el verano

  5. Cuaderno de Faros. Jazmina Barrera. Siguiendo con cubiertas veraniegas. Un faro. Ensayos fragmentados. Los faros como excusa para pensar el mundo y la literatura. Gracias Roser por ser la razón para mi excepción a la regla de la ficción en verano.

  6. Cada día es un buen día. Noriko Morishita. Otra preciosidad de cubierta para un libro que parece un lugar plácido. Cuando las mujeres japonesas que conozco escriben sobre la felicidad a mi me pasa algo muy interesante. Y esto lo sé gracias a que un año, en lugar de clásicas, elegí autoras orientales de las que tenía una laguna infinita. Ahora es solo gigantesca y me ha traído joyas literarias a la vida.

  7. Dias apasionantes. Naoise Dolan. Lo trajo Jael a la lista. Zadie dice que es una novela divertida y marxista feminista. Otro de mis retos de lectura fue buscar humor en las mujeres. Porque los chocitos rancios llevan explicándonos que las mujeres no tenemos ni gracia ni sentido del humor desde que tengo uso de razón. Y coincide que las personas más graciosas que he conocido en mi vida son todas mujeres. Así que busqué la carcajada en la literatura. Y vaya si la encontré. Sigo ahí. Porque no hay tanta creación literaria que busque hacernos reír. La risa tiene mala prensa en el canon artístico. Por lo que sea.

  8. Un amor al alba. Elisabeth Barillé. Ya no sé cómo explicar mi amor por la política de edición de Periférica. Resulta que Beatriz trajo a mi TL una sugerencia de una historia similar. Este de periférica trata de cómo alguien descubrió en 2010 que una escultura de Modigliani era Ajmátova (a quien también puso mi tocaya en la lista de las clásicas). La autora ha tratado de explicar (inventar) cómo se creó aquella obra de arte.

  9. La casa del tiempo. Laura Mancinelli. También de Periférica. Otro libro sobre una casa que es más que un lugar. Periférica promete humor e ironía junto con misterio. Obviamente yo este libro tenía que leerlo cerca de algún mar porque sobre el papel parece perfecto. Veamos.

  10. Las latitudes del deseo. Shubhangi Swarup. Otro escrito por una mujer asiática (india, concretamente). Otro que lleva meses esperando en la torre de pendientes a que empezase el verano. Me parece uno de esos libros hedonistas de esa forma en que yo entiendo el hedonismo: un disfrute que te aporte algo. Un viaje del que vuelvas distinta, mejor a ser posible, más feliz seguro. Tengo muchas ganas de dejarme llevar por este libro que se ha llevado todos los premios literarios que nunca se llevan las mujeres indias. Seguiremos informando.

  11. Hammnet. Maggie O´Farrell. Otro de la lista de Roser. O´Farrell es de esos hallazgos que me ha traído #LibrosParaVerano. Escribe como los ángeles. Aquí cuenta la historia real detrás de una de las obras de Shakespeare. Es imposible no querer leer este libro que encima edita Libros del Asteroide. Otra de esas que sigue cuidando mucho lo que imprime.

  12. Trans. Confesiones de una punk anarquista y vendida. Laura Jane Grace. Dice Mir que si quiero leer cosas escritas por mujeres Trans este tiene que estar sí o sí en la lista. Y si Mir lo dice por algo será. Leer a mujeres trans es otra forma de hacer política en este año en el que la violencia contra ellas ha vuelto a escalar. Ahora mismo soy como un señoro diciendo que va a “leer a mujeres”. Lo sé. Sé que sueno así. Pero detrás hay algo más de verdad y espero que mucho menos de prejuicio

  13. Cluny Brown. Margery Sharp. Hoja de Lata es otra de esas editoriales. Esta es otra de esas cubiertas preciosas con las fresas, las flores, la tetera. Es también un libro de la lista de #LasClásicas y una muestra más del humor de las mujeres británicas. Vamos, un libro con una señal luminosa diciéndome: LÉEME como si yo fuese una especie de Alicia tonti. (perdón, es que acabo de volver a ver Dietland y no lo supero)

  14. Estado de malestar. Nina Lykke. Laureadísima. Alabadísima. Todo el mundo coincide en que es una novela llena de humor. Viene recomendada por Delia así que tenía que leerla sí o sí.

  15. El baile de las locas. Victoria Más. También sugerido por Delia. Un libro alabado por la crítica francesa que está en ese proceso de “leer a tías”. Tías escribiendo sobre cómo el sistema nos llama locas para callarnos. Por ejemplo. Muchas veces te planteas si los señores están entendiendo algunas cosas que decimos. Y a veces la respuesta es que no lo quieren entender pero otras es que son incapaces de entender nada que no sea su puñetero ombligo.

  16. El enebro. Barbara Comyns. Beatriz dice que hay que leer a Comyns. Las expertas en literatura opinan que es un genio infravalorado. Noticias frescas. En este libro la autora coge un cuento de los hermanos Grimm y lo usa para reflexionar sobre el presunto poder que este sistema nos deja a las mujeres.

  17. Los años ligeros. Elisabeth Jane Howard. Olvido me ha descubierto este universo y estoy deseando chapotear en él. Me gustan muchísimo los libros ligeros de leer. Los libros de puro disfrute. Los libros bien escritos que cuentan bien historias al alcance de cualquiera. Libros sin ínfulas. Digamos. Porque sorprendentemente encuentro en ellos siempre cosas maravillosas además del puro placer. Veamos qué pasa con estos porque estoy tan out que ni sabía de la serie de la BBC ni de la autora ni nada.

  18. Escenas de una vida: matrimonio, amigos y escritura. Woolf recopilada por Gonzalo Torné y prologada por Lucía Lijtmaer. Desde que sé que esta joya existe la quería. Aquí está. Veamos.

  19. Penélope y las Doce Criadas. Atwood. Beatriz me ha dado una excusa para volver a Atwood. Y claro...

  20. Memorias tristes de la Torre Azul. Leonora Christina. EL último viaje que hice antes de la pandemia me permitió saber más de la princesa de Éboli y gracias a eso relacionar esta historia con la suya. Será casualidad ese mix de acusaciones de locura, traición y crueles encierros cuando las mujeres levantan la voz y usan el presunto poder que presuntamente tienen. Dicen que es una obra clave de la literatura danesa. Es clasiquísima. Escrita en 1869. Tengo tantas ganas de leerla...

Además de estos 20 librazos tengo pendientesa algunos que están por llegar. Ya actualizaré. Uno de ellos será el que lea en el tren camino de Donosti. El agrio, de Valérie Mréjen. 96 páginas pequeñas y ligeras.

Os iré, como siempre, contando por tuister (contando quiere decir dando la turra, ya me conocéis) y claro, como últimamente haré un epílogo otoñal.

Ahora sólo me falta saber con cuál empezar este finde. Y francamente me apetecen demasiados como para decidir. Tal vez haga un sorteo.

Gracias una vez más por darme tantas posibilidades de felicidad cada verano!

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